Cuando
se mantiene un estilo de vida “SALUDABLE” se involucran actividades que no causan efectos negativos
sobre la salud, entre los cuales se encuentran: Alimentación correcta, práctica
de actividad física y manejo adecuado del estrés. ¡A favor de una alimentación
correcta!: Adoptar un nuevo estilo de alimentación implica disminuir el
contenido de calorías, además, comer bien significa disfrutar de un buen sabor,
así como de una buena nutrición. Ésta se puede lograr tomando en cuentas las
siguientes características para asegurar una sana alimentación y por lo tanto
salud:
Completa: incluye alimentos de cada
uno de los grupos de alimentos: verdura y fruta, cereales, alimentos de origen
animal y leguminosas; para asegurar la ingestión de todos los nutrimentos
necesarios.
Equilibrada: guarda proporciones adecuadas entre
proteínas, carbohidratos y lípidos (grasas). Sabiendo que todos los nutrimentos
son igual de importantes para mantener la salud.
Suficiente: pretende cubrir con las necesidades
nutricias que cada persona requiere y obtener un peso saludable. En el caso de
los niños se favorece el crecimiento y desarrollo en la velocidad adecuada.
Variada: integra diferentes alimentos de cada grupo
en las comidas.
Inocua: significa que el consumo habitual de los alimentos no
implica riesgos para la salud, porque están libres de microorganismos dañinos,
toxinas y contaminantes.
Adecuada: según los gustos y la cultura de quien la
consume, de acuerdo a sus recursos económicos.
VIDA NO SALUDABLE:
Se considera una alimentación inadecuada la que favorece enfermedades
como la obesidad y la arteriosclerosis, entre
otras posibles enfermedades. Una dieta sana ha de tener presente alimentos
ricos en fibra (pan integral, frutas, verduras, legumbres, frutos secos...) y
una proporción global adecuada de hidratos de carbono (50%), grasas (30%
máximo, no debiendo superar las saturadas el 8%-10%) y proteínas (15%).
Una dieta con excesivas calorías o con exceso de grasas o hidratos de
carbono conduce a la obesidad, sobre todo en ausencia de una práctica adecuada
y regular de ejercicio. La obesidad favorece múltiples trastornos de salud, de
los cuales destacan el síndrome de resistencia a la insulina (clave de la
diabetes) y las enfermedades cardiovasculares.
La
lucha contra la obesidad es prioridad en la política sanitaria de todos los
países del mundo occidental y se centra en concienciar a la población en la
mejora de los hábitos saludables relacionados con la alimentación y la práctica
de ejercicio.
1 comentario:
Este apartado me parece muy interesante, debido que muestra información que nos ayuda a identificar los estilos de vida saludable y los que no lo son.
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